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Cómo evitar comer de forma impulsiva

Escrito por Yamila Palloni | 2 julio, 2021

¿Por qué comemos de forma impulsiva? ¡Por hambre emocional!

La mayoría de las veces, comemos sin la necesidad real fisiológica de alimentos, y a este hambre lo llamamos emocional, relacionado con lo que sentimos y que estamos tapando, sin darnos cuenta, por medio de la comida para sentirnos “mejor”. Aprender a “detectarlo” es el primer paso para combatirlo y poder realmente disfrutar de los alimentos.

¿Cómo detectar el hambre emocional?

Esta hambre, hay que aprender a detectarla, y juntos, podemos determinarlo. Llamamos hambre emocional cuando es:

  1. Selectivo: no da igual un chocolate que un bastón de zanahoria, y esto se debe a que las altas concentraciones de azúcar y grasa liberan mayor proporción de dopamina dando mayor recompensa de “placer” y por eso, buscamos ciertos alimentos y no otros.

  2. Sorpresivo: de repente me agarran ganas de comer algo.

  3. Desaparece cuando no le prestamos atención, o sacamos el foco de eso.

  4. Desesperante: lo querés ya y ya, como sea, sos capaz de salir a las 12 de noche con 10 grados bajo cero al kiosco de la esquina (esto es sentido figurativo).

  5. No responde a tus horarios de ingesta: puede pasarte a las 11 de la noche una hora después de tu cena, tu panza está llena, ya cenaste, ya pasó el horario de ingesta, pero “tenés hambre”, bueno ya sabes que es EMOCIONAL no hambre real.

  6. Relacionado con tus emociones: estás triste, deprimid@, aburrid@, feliz y buscar gratificarlo con comida, y como te conté más arriba, vas a buscar selectivamente ese chocolate, dulce o lo que guste de la alacena. Buscas tu dosis de DOPAMINA, tu dosis de “placer”.

 

Y, ¿está mal gratificarnos con DOPAMINA y placer comiendo por hambre emocional? Bueno, básicamente no está bien ni mal, esto pasa a ser un problema cuando es un placer que no podemos controlar, se vuelve “adictivo” y nos domina. ¡Ahí es cuando aparece el problema!

En este video lo explico muy detalladamente: 



Podés empezar a trabajar sobre el hambre emocional, poniendo en pausa tu cerebro.

Cuando tenemos ese tipo de hambre buscamos sentirnos mejor, buscamos placer por medio de la comida, activando el circuito de recompensa, donde la expresión emocional desencadenante es el placer por comer.

Lamentablemente cuando eso ocurre, cuando no controlamos esos impulsos y necesitamos sobre estimular ese circuito una y otra vez, aparece la culpa porque nos excedemos.

 

¿Qué podés hacer si esto te pasa?

Te comparto algunos tips para que no caigas en tu propia trampa emocional.

  1. Ante esa necesidad, ese impulso que surge y no podemos controlar, PRIMERO pensá. Tomate unos segundos para pensar.

  2. Cuando pienses, primero preguntate si es realmente hambre. Tomá un vaso de agua y revisa si es sed.

  3. Si no hay hambre, es decir no hay una necesidad fisiológica real de comer, entonces es hambre emocional, y esta es el hambre que debemos aprender a manejar. Con todo este procesamiento y acciones empezamos a desfocalizar ese primer impulso desesperante.

  4. Acá es donde te pido por favor que no reacciones, sino que acciones y tomes una decisión ante ese impulso... si lo voy a comer perfecto, lo comemos pero no significa que debamos comer una tableta entera de chocolate, tomá un porción, servila, guardá el resto, y luego disfrutala, a CONCIENCIA, no en piloto automático como solemos comer este tipo de alimentos y ante un impulso. El placer podemos sentirlo tanto con un trozo de chocolate, como con una tableta entera.

  5. Si tu respuesta frente a ese impulso es “no gracias, lo pensé mejor y en verdad no lo quiero”, también está perfecto.

 

La principal diferencia entre actuar y reaccionar es que hay una decisión, un pensamiento. Los impulsos existen siempre, sólo que debemos crear el filtro con una decisión que resulte de un pensamiento analítico, donde la variable “tiempo”, te permita controlar el impulso.

Recordá, pedir ayuda no está mal, si crees que esto no te alcanza, pedí ayuda, psicológica y nutricional para que esto deje de controlar tu vida.

A veces, el hambre emocional es un autoboicot constante sobre tus objetivos, por eso, con Noe la psicóloga del equipo, abordamos este tema este workshop, te invito a que lo vayas a ver.

 

 

Enfocarnos en el cambio de hábitos

Por todo lo que te expliqué anteriormente, si tenés un objetivo es fundamental que trabajemos sobre el cambio de hábitos olvidando la meta de perder cierta cantidad de kilos, y centrándonos en el proceso.

El establecimiento de metas está buenísimo para establecer una dirección, pero el sistema / proceso es mejor para realizar cambios que perduren en el tiempo. Un montón de problemas surgen cuando pasas demasiado tiempo pensando en tus metas en lugar de dedicar tiempo a amar tu proceso.

Te cuento el por qué la meta no es la mejor estrategia para focalizar tu atención.

  1. Los ganadores y perdedores tienen la misma meta, “todos queremos tener un peso saludable”, ¿qué es lo que hace que un ganador no sea un perdedor entonces? Usar un sistema de mejora que lo pueda implementar toda su vida.

  2. Alcanzar la meta es sólo un cambio momentáneo, puedo proponerme “cerrar” la boca y bajar esos 5 kilos y lo lográs, pero si sigues con tus mismos hábitos, pronto volverás a tener los mismos problemas que te hicieron sumar esos 5 kilos (o peor recuperar más incluso) y estarás a la espera de un nuevo arranque de motivación para volver a “cerrar la boca”. De esta forma siempre estaremos persiguiendo un resultado, porque nunca nos tomamos el tiempo de cambiar “el proceso / sistema” que está detrás de él. Curando un síntoma sin hacer nada para resolver el problema.
     
  3. Las metas restringen tu felicidad, “cuando logre bajar los 2 kilos que tenía en mente seré feliz” Esa mentalidad que se rige por la consecución de metas acaba por traer un conflicto de exclusión dual como este: o alcanzo la meta y soy feliz, o fallo y soy un fracaso. En cambio una mentalidad que privilegia el proceso tiene un premio, nos enamoramos de él, más que del producto final, no tenés que esperar al desenlace para permitirte ser feliz. Podés sentirte satisfecho y feliz siempre y cuando tu proceso “funcione” y este proceso puede funcionar de muchas formas, no sólo de la manera que lo concebiste al principio.

  4. Las metas no coinciden con el progreso de largo plazo, el propósito de definir la meta consiste en convertirse ganador en una sola ocasión. El propósito de construir sistemas / procesos de los que te podés enamorar porque no duelen, lastiman o te afectan, consiste en seguir participando en el juego. La mentalidad que verdaderamente se enfoca en el largo plazo no se centra en el cumplimiento de metas. Se trata de un refinamiento interminable y de mejora continua. Por encima de todo, tu compromiso con el proceso es lo que va a determinar tu progreso.


¿Seguiremos pensando en perder una cierta cantidad de kilos? ¿O nos centraremos en disfrutar el proceso? Si cambias el chip y el enfoque, no sólo lograrás tu objetivo, sino que lo podrás sostener en el tiempo, porque construís una nueva identidad de vos mism@, que ama el proceso y obtiene su resultado.

La solución no es hacer dieta, es cambiar tus hábitos aprendiendo a comer consciente.

Nosotros podemos ayudarte

SomosFit es un grupo de profesionales, tres disciplinas unidas (nutricionistas, entrenadores y psicólogos), para  cambiar los hábitos de las personas con el fin de ayudarlas a conseguir un estilo de vida saludable. 

Mediante nuestros programas online de cambio de hábitos buscamos de manera integral e interdisciplinaria cambiar/construir hábitos nutricionales y/o de entrenamiento desde una mirada completa, entendiendo al humano como un ser social y emocional con tiempos y necesidades únicas. 

Si querés aprender a lograr tus objetivos, te esperamos, podemos acompañarte.