En nuestros programas de cambio de hábitos buscamos de manera integral e interdisciplinaria cambiar los hábitos nutricionales de las personas desde una mirada completa, entendiendo al humano como un ser social, emocional y no sólo un animal que come X alimentos.
Podés acceder a un plan nutricional que tiene un formato de menú diario con recetas día por día calculadas y planificadas, una lista de ingredientes con compra semanal, ideal para quienes pensar en el “qué cocino hoy”. Poniendo el foco en la organización de las comidas de manera semanal.
Si querés saber cómo es ese menú diario, podés descargar el plan saludable para toda la semana para que conozcas un poco más de qué se trata, hacé click en la siguiente imagen para descargarlo.
El menú diario se acompaña de un sistema de equivalencias para que, en caso de que no quieras cocinar la receta, puedas tener un plan B para esa comida con las porciones correspondientes. Como verás, lo más importante de este programa es que te guste cocinar y necesites un menú día por día para organizarte.
Los ingredientes son de consumo común, así que no vas a encontrar alimentos raros o muy costosos, y si por alguna razón no lo podés comprar o conseguir, podés reemplazarlo con ayuda del sistema de equivalencias.
El plan nutricional es personalizado según tus requerimientos, no gustos alimenticios, por eso contamos con el manual de equivalencias para que puedas aprender a combinar los ingredientes y buscar sus reemplazos en caso de que no sean de tu agrado. Este manual es ideal en caso tal de que quieras tener una alimentación vegetariana o vegana, porque vos mismo podés elegir si comer proteína animal o vegetal.
Para poder armarlo, una vez que estés inscript@ vamos a solicitarte que llenes los formularios que vas a encontrar en la plataforma interna para que podamos acompañarte según tus necesidades.
La respuesta es: ¡no! Si bien las porciones y las cantidades están planificadas para un requerimiento específico de quien se inscribe, eso no quiere decir que no puedas compartirlo con toda tu familia.
Todos pueden comer exactamente lo mismo que vos, sin tener en cuenta las cantidades dado que estas están planificadas para vos y tus objetivos, pero sí la preparación en sí. Cómo decía mi abuela … donde comen 2 también comen 3. O bueno, según los integrantes de tu familia.
Llevar hábitos saludables significa invertir en calidad de vida, prevenir enfermedades y sentirnos mejor, ¿por qué no expandir todos estos beneficios a nuestro entorno? Y más si encima es nuestra familia y queremos lo mejor para ellos. Además pensemos algo muy simple, si ya ensuciamos para 1 ración, podemos ensuciar para una más sin que eso implique más tiempo en la cocina.
Si tu familia no come o no quiere comer como vos, sólo necesitamos tiempo y que las neuronas espejo hagan su magia. Podés usarlas para enseñar a tu familia una alimentación saludable, completa y saludable desde pequeños, o, bueno por qué no, enseñarle a tu herman@, mam@, pap@ o a cualquier adult@ de la casa.
La construcción del “gusto” y lo que nos gusta o no comer, no sólo se puede aprender de pequeños, está demostrado que el cerebro adulto continúa creando neuronas en regiones relacionadas con el aprendizaje y tienen la misma plasticidad que cuando somos niños y estamos “aprendiendo”. Así que, si querés hacer que alguien se contagie, aprenda y empiece a comer más saludable sólo necesitás hacer una cosa: hacerlo vos mism@.
Cuando un humano que ve a otro “hacer algo” repite la acción en su cerebro gracias a las neuronas espejo, estas neuronas “simulan” la acción, pero no la ejecutan, o sí, pero esto dependerá de cuánto vos persistas con esa acción para “contagiar” la acción.
Esto es MUY simple, es mucho más probable que te salga una receta perfecta si ves a la persona “hacerla” que si sólo la leés en un libro. O que una publicidad te venda “ese producto” si podés identificarte con esa persona que lo usa y está feliz, y bueno, vos querrás lo mismo, y acá viene la magia de la neuro ventas (pero esto es otro capítulo).
Gracias a estas neuronas es que los bebés logran sacar la lengua a penas nacen, imitando a los adultos que primero ven. Esto se mantiene, y si querés que la gente alrededor de tu mesa se contagie de tus buenos hábitos, sólo repite la acción en algún momento, cuando esas personas quieran cambiar su forma de alimentación, les va a resultar más fácil si alguna vez vieron a alguien hacerlo. Obvio que para hacer un cambio se necesita de las dos partes, pero al menos la tuya, va a estar cubierta . En algún momento, tarde o temprano, hará click, ¡te doy mi palabra!
Te cuento esta serie de tips para que puedas compartir el menú con tu familia.
¿Ya estás lista para incluir a toda tu familia en este proceso? Puede que al principio cueste, pero vale la pena la insistencia, la magia de las neuronas espejo sólo necesita tiempo.
¿Querés más ideas?
Nosotros podemos ayudarte. En nuestros programas de cambios de hábitos contamos con recetarios creativos, con ideas como estas, que acompañan tu plan nutricional para que puedas lograr tus objetivos, no sólo aprendiendo a medir las porciones que tu cuerpo necesita, sino también incluyendo todos los alimentos esenciales. ¡Te esperamos!.